Lo he leído ahora y lo he disfrutado como seguro que no lo hice entonces. En los años cincuenta del siglo XX los personajes del libro viven como pueden en un pequeño pueblo castellano dependiendo de la naturaleza que les rodea como el resto de los animales que pueblan sus campos.
Pese a ello, Delibes nos presenta unos tipos libres y dignos, que sufren, pero que también disfrutan de lo poco que tienen.
El libro me ha recordado otro muy similar que leí el año pasado: "Intemperie" de Jesús Carrasco, en las dos novelas el protagonista es un niño, en ambas el paisaje tiene un papel importante. Ambas novelas son duras, escuetas, en las que no sobra ni falta nada y las dos son magníficas lecturas.
Fotos de mi pueblo