lunes, 8 de agosto de 2016

La paja en el ojo de Dios

¿Te has preguntado alguna vez cómo será el primer encuentro entre los seres humanos y una especie alienígena con similar inteligencia y nivel tecnológico que nosotros?
Este libro pretende responder a esta pregunta. Aunque el tema ha sido tratado en películas y otros libros de ciencia ficción, en este libro el encuentro aparece tratado de una manera bastante verosímil desde mi punto de vista. La historia transcurre en el año 3017 dC una vez que la humanidad ha colonizado planetas de otros sistemas estelares y está regida por un emperador al que se oponen algunos planetas rebeldes (Muy parecido a lo que ocurre en la serie de películas de "La guerra de las galaxias)
Entre humanos y alienígenas se desarrolla un juego secreto en el que por un lado quieren saber de los otros, pero los otros tratan de ocultar algunos de sus logros.
Científicos, lingüistas, antropólogos, pero también militares quieren conocer acerca de los alienígenas. A su vez los alienígenas que parecen amigables y pacíficos tratan de ocultar sus intenciones.
Según trascurre la novela nos vamos enterando de las intenciones de los alienígenas y de su poderío militar real y también de su biología, de su civilización, etc.
El libro está considerado una obra maestra del género y un libro de culto. Yo no creo que sea una obra maestra desde un punto de vista literario, pero es un libro muy ameno y entretenido con el que se disfruta mucho leyendo.
Me gustaría, no obstante hacer un par de críticas que quizá revelen la época en el que está escrito el libro (años 70 del siglo XX), Por un lado el tema de las relaciones sexuales, que tiene importancia en el relato parece más propio de personas que viven en los años 50 ó 60 del siglo XX en España que del siglo XXXI en el que se desarrolla la novela.
Por otro lado, la religión tiene un peso en la novela bastante elevado, preguntarse en el año 3017 por el papel que juegan los alienígenas en el plan divino me parece excesivo parta una humanidad con un grado de desarrollo científico considerable.
Fotos tomadas del diario EL PAÍS




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