domingo, 2 de mayo de 2021

La invención d la ciencia

Como indica el título, este libro trata del proceso de invención de la ciencia tal y como la conocemos actualmente. El autor se remonta a los descubrimientos de los navegantes españoles y portugueses del siglo XV que pusieron en duda los conocimientos de autores casi sagrados como Ptolomeo y Aristóteles. A los factores que hicieron posible la expansión de los nuevos conocimientos como la invención de la imprenta, etc. 

Pero más que seguir desgranando todos los temas que trata el libro voy a escribir uno de los párrafos del libro como conclusión de lo que trata.

"La Revolución Científica fue un único proceso transformativo, la consecuencia acumulativa, no de un tipo de cambio repetido muchas veces, sino de varios tipos distintos de cambio que se superponen y se entretejen unos con otros. Primero, estaba el armazón cultural dentro del cual se inventó la ciencia. Este armazón consistía en conceptos tales como descubrimiento, originalidad, progreso, autoría y las prácticas (como la eponimia) asociadas con ellos. Una escuela más antigua de historiadores y filósofos dio por sentado este armazón, mientras que una escuela más reciente ha deseado desacreditar o deconstruir los conceptos en lugar de explicar su importancia y rastrear su origen. Dicha cultura surgió en un momento concreto del tiempo: antes de aparecer no pudo haber ciencia tal como entendemos el término. Desde luego, los críticos tienen razón en que conceptos tales como descubrimiento son problemáticos: los descubrimientos rara vez los hace un único individuo en un momento preciso en el tiempo. Pero al igual que muchos otros conceptos problemáticos (democracia, justicia, transubstanciación), proporcionaron y siguen proporcionando un entramado dentro del cual la gente dio sentido y da sentido a sus actividades y decidía y todavía decide cómo vivir su vida. No podemos comprender la ciencia sin estudiar la historia de estos conceptos fundacionales. Junto a este nuevo entramado, la imprenta transformó la naturaleza de las comunidades intelectuales, el conocimiento que podían intercambiar y la actitud ante la autoridad y la evidencia que les llegó de manera natural. Después vinieron los instrumentos nuevos (telescopios, microscopios, barómetros, prismas) y las teorías nuevas (la ley de la caída de Galileo, las leyes del movimiento planetario de Kepler, la teoría de la luz y el color de Newton). Finalmente, la nueva ciencia recibió una identidad distintiva mediante un nuevo lenguaje de hechos, teorías, hipótesis y leyes. Así, cinco cambios fundamentales interactuaron y se conectaron en el decurso del siglo XVII para producir la ciencia moderna. Los cambios en la cultura más amplia, en la disponibilidad de una actitud ante la evidencia, en la instrumentación, en teorías científicas definidas de manera estricta, y en el lenguaje de la ciencia y la comunidad de usuarios del lenguaje, todos operaron a lo largo de diferentes escalas temporales y fueron impulsados por factores diferentes e independientes. Pero el efecto acumulativo era una transformación fundamental en la naturaleza de nuestro conocimiento del mundo físico, la invención de la ciencia. Puesto que cada uno de estos cambios fue necesario para la construcción de la nueva ciencia deberíamos ser cautelosos a la hora de intentar ordenarlos. Pero, si se observa detenidamente, es aparente que la nueva ciencia iba de una cosa más que de cualquier otra, y esta era el triunfo de la experiencia sobre la filosofía. Todos y cada uno de estos cambios debilitaron la posición de los filósofos y reforzaron la posición de los matemáticos, que, a diferencia de los filósofos, dieron la bienvenida a la nueva información. El nuevo lenguaje de la ciencia era por encima de todo un lenguaje que confirió a los nuevos científicos herramientas para manejar la evidencia, o, como se la llamaba entonces, la experiencia. Leonardo, Pascal y Diderot (y Vadiano, Contarini, Cartier y todos los demás) tenían razón: era la experiencia lo que marcaba la diferencia entre las nuevas ciencias y las antiguas.[...]

 La ciencia (el programa de investigación, el método experimental, el entrelazamiento de ciencia pura y nuevas tecnologías, el lenguaje del conocimiento revocable) se inventó entre 1572 y 1704. Todavía vivimos con las consecuencias, y parece probable que los seres humanos sigan viviendo con ellas. Pero no solo vivimos con los beneficios tecnológicos de la ciencia: la moderna manera científica de pensar se ha convertido en una parte tan fundamental de nuestra cultura que hoy se hace difícil pensar retrospectivamente en un mundo en el que la gente no hablaba de hechos, hipótesis y teorías, en la que el conocimiento no se basaba en la evidencia, en el que la naturaleza no tenía leyes. La Revolución Científica se ha hecho casi invisible debido simplemente a que ha tenido un éxito tan extraordinario."